GENERAL

EN ARMENIA FALLECIÓ EL MAESTRO LUIS ÁNGEL MORENO

El maestro Luis Ángel Moreno, decía que tenía más de 400 canciones, de las que aseveró que como padre las quiere a todas. Sin embargo, señaló que tiene unas especiales, como la ‘Ruana blanca’ que le compuso a Luis Carlos González, persona de gran valor que le enseñó a hacer versos para bambuco. ‘Huellas’ interpretado por Lucho Ramírez, es otro de los temas que lleva en el corazón, así como ‘Tus reproches’ que canta Conrado Cortés. Son muchas más las canciones románticas que quiere y de las que indicó ya no se oyen. 

Otro de los memorables momentos en la vida profesional y personal del maestro Luis Ángel Moreno fue su paso por la orquesta del club América de Armenia, que contaba con cuatro saxos, un trombón, bajo, batería, granizo y dos voces principales. Con esta recorrió durante ocho años distintas ciudades de Colombia. El maestro Luis Ángel fue el encargado de hacer la voz romántica, que era lo que le gustaba. Boleros, vals, pasillos, tangos, fox lento, entre otros hicieron parte del repertorio de composiciones con las que puso a disfrutar  los diferentes auditorios del país. 

Sobre su amor por el Quindío expresó que inició con el sentimiento de calidez y de simpatía de la gente para con él. “Yo quiero a Armenia tanto como mi ciudad Pereira, porque acá me acogieron con los brazos abiertos y uno tiene que ser agradecido”. En cuento al amor por Armenia argumentó que no podía desmenuzar su sentimiento. “Cuando llegué me gustó todo, sus cafetales, el monte, la gente, el modo de vivir, el disfrutar un café en la plaza Bolívar donde llegaban las flotas. En definitiva Armenia es muy querida y la amo mucho”. 


Destacó que aunque cantó en varios tríos, fueron dos  los que más ha querido –Los Inolvidables y Galante-, con los que compartió escenario hace más de 20 años.

Nació en Pereira el 22 de noviembre de 1922 y llegó a Armenia en los mejores años de la década del sesenta, luego de haber estudiado gramática y armonía con el maestro Manuel Cabral, en la academia Santa Cecilia de Pereira. Su talento, acrecentado por la disciplina académica le permitió abordar la ejecución de varios instrumentos, cantar, hacer arreglos y dirigir tríos. En ese álbum de quehaceres, el género del bolero ha sido la lámina más repetida. Su primer trío lo conformó con dos de sus mejores amigos, Jaime López y Hernando Raigoza, cuando corrían los años dorados del trío Los Panchos y el repertorio de éstos era un imperativo.

Un tiempo después, aún en Pereira, se unió a dos reconocidas figuras del cancionero romántico: Ibarra y Medina, compositores e intérpretes del antológico pasillo “Esperanza”, con el cual los guitarristas aprueban la primaria de la ejecución de cuerdas. Ese trío constituyó la puerta de entrada al territorio de sus primeras satisfacciones artísticas de resonancia.

Pero un músico polifacético tiende a no permanecer anclado a una sola orilla, y Luis Ángel Moreno decidió probarse como baterista e integró la orquesta del maestro Agustín Payán Arboleda. Luego, como cantante de la orquesta de Luis Posada Gómez, hizo su primera grabación, en una época cuando los cantantes debutaban con un par de temas en un disco de 78 revoluciones, con el cual entraban del todo o salían del panorama fonográfico. El debut en el acetato lo hizo nuestro compositor y cantante con dos temas de su autoría: “Aquel amor” y “Nada queda”. Y como el debutante pasó la prueba, a tiempo que conformaba su propio grupo, la firma Codiscos lo vinculó con otro acetato.

Puede afirmarse que a partir de ese momento comenzó Luis Ángel Moreno a frecuentar los estudios de grabación, bien como cantante, como ejecutante o como compositor. A ese período corresponde su experiencia vocal con una de las figuras emblemáticas de la canción tropical, la orquesta del maestro Edmundo Arias, con quien grabó sus temas: “Nuestra Luna “y “Engañada”. 

Armenia vivía una reconocida y añorada opulencia que bien reflejaban la vida nocturna, la interminable procesión de bares de la carrera dieciocho, la proliferación de agrupaciones musicales y la exclusividad de sus clubes. Incluso se bailaba en las tardes dominicales en el Aeropuerto El Edén, al son de una buena orquesta. En esos años, cuando llegó a Armenia y asumió el rol de cantante de la orquesta Ritmo Club, que animaba el Club América. Compartió tarima con otros músicos de obligada recordación, como el pianista Luis Ramírez, para sólo citar uno de una larga lista.
Para aquel entonces existió un sitio de obligada asistencia para los músicos de cuerda y los amantes del bolero y la música romántica compendiada en el bolero. Sin duda la bella época de las serenatas y los tríos que, bolero va, bolero viene, al calor de unos aguardientes recibían las madrugadas cuyabras. Era el café “Niágara”, situado donde luego se construyó la actual gobernación, ahí no más, en el marco de la plaza. En la antología de tríos del Quindío, siempre ocupará un sitial preponderante el trío “Los inolvidables”, aquel que conformara recién llegado de Pereira el maestro Luis Ángel, con Nelson Marín, tercera voz, y el requintista Samuel Osorio en la primera voz. 

Para Luis Ángel Moreno Cardona, el mayor de los momentos memorables de su periplo musical lo constituyó el homenaje que le tributó Pereira durante el Festival del Bolero en el año 2005. Y ese homenaje fue apenas una cuota de agradecimiento a quien, sin duda, fue un compositor de proyección internacional, como lo demuestra el hecho de que sus innumerables composiciones han sido llevadas al acetato por figuras tan destacadas como Leo Marini, el Trío Los Embajadores, Lucho Ramírez, Pacho Galán, Raúl del Valle y muchos más. 

Esta madrugada de martes Santo dejó de existir el maestro Luis Ángel Moreno Cardona, uno de los más prolijos autores y compositores del Quindío, que por obra del destino nació en Pereira, ciudad a la cual legó algunas de sus más bellas canciones.

Artículo con información tomada de El Quindiano, La Crónica del Quindío.

Fotografía original de La Crónica del Quindío.