FALLECE EL MAESTRO JUANCHO TORRES, EL GUARDÍAN DEL PORRO
El nombre de Juan Francisco Torres Correa lo perdió cuando su big band sabanera entró con fuerza en los salones de los clubes sociales y en los teatros para vestir de gala el porro. En cambio, con su inigualable ‘firma’, ganó un reconocimiento que inmortalizó desde entonces su talento musical: ¡Juancho Torresss… y su orquestaaa!
Su muerte a los 74 años, ocurrida este lunes en Bogotá a causa de una dura enfermedad, es la pérdida de un defensor por excelencia de la música del Caribe y, por supuesto, de la de Sucre, su departamento, que lo vio nacer un 5 de enero de 1944 en Sincelejo.
Dairo Meza Acosta, director de la Banda Departamental de Sucre, amigo, “figura y pilar” del desarrollo de la orquesta de Torres, como él mismo lo reseñó en su álbum Homenaje a una leyenda y a mi bella Montería, expresó que se ha ido quien era quizás “el último titán” de la música colombiana.
“Para toda Colombia y para Sucre, Juancho Torres fue ese hombre que siempre se esmeró por tener la música nuestra en los mejores lugares y condiciones”, consideró Meza.
Su proyecto musical fue algo visionario. Este sincelejano, nacido el 5 de enero de 1944, decía que soñaba desde niño con tener una orquesta como la de Duke Ellington. Solía escucharla durante largas horas frente en un gigantesco radio Telefunken que había en la sala de su casa, en donde también se sintonizaba la señal de emisoras como la del Canal de Panamá, de Centroamérica y de Cuba.
Juancho forjó su amor por la música en Sincelejo, oyendo las tonadas que interpretaba la orquesta Los Granadinos, una de las dos agrupaciones más aplaudidas de la época. La otra era la famosa jazz band de la emisora Atlántico.
En 1953 ocurrió algo que cambiaría por completo la mirada musical de este mozuelo apasionado por el ritmo caribe. Ese año, el maestro Pacho Galán hizo su aparición con el inolvidable merecumbé (combinación de merengue y cumbia). “Ahí dejé de ser fan de Los Granadinos para convertirme en el fan número uno de Pacho Galán y su orquesta”, comentó, al recordar cómo se inició la amistad con su ídolo.
Fue un enero de 1955, cuando Galán tocó por primera vez en el Club Sincelejo. “Yo tendría unos 10 u 11 años, y esa noche me acosté vestido. Y cuando mi mamá se acostó, yo me levanté, le quité la tranca a la puerta y me volé”, relataba Juancho.
Como pudo, se subió por una de las ventanas del club para oír a la orquesta, cuyos músicos, una vez concluida la primera tanda de 30 minutos, salieron a comer al frente del recinto, en donde había una señora que vendía los tradicionales fritos costeños.
Juancho decía que en ese momento se acercó al maestro Galán, lo tomó por la mano y le comenzó a hablar de todas sus canciones, lo que sorprendió al autor de Ay, cosita linda.
“Yo le conté que estaba volado de la casa y que cuando regresara me esperaba un castigo, pero que a mí no me importaba porque había cumplido el sueño de conocerlo a él y de ver su orquesta. Entonces le pedí que me complaciera con Mi amor es tuyo, uno de los temas de moda del momento”, recordó.
El músico sincelejano fue uno de los principales exponentes de la música colombiana al crear más de 30 trabajos discográficos, traducidos en más de 600 canciones.
Entre los géneros en los que se destacó está el porro, fandango, música sabanera y andina. También creó temas de jazz influenciado por Duke Ellingtone luego de verlo en escena en Londres cuando apenas era un estudiante de música en Inglaterra.
Torres, luego de Lucho Bermúdez y Pacho Galán, ha sido uno de los pocos músicos colombianos que ha logrado mantener una big band con más de 25 músicos en escena.
Juancho Torres y su orquesta la creó en 1994 y algunas de sus temas más reconocidos son Cartagena bonita, La aventurera, Cabaretera, entre otros.
Con información de El Tiempo, El Heraldo, El Espectador y El Universal.