‘Chimbumbe’ y sus dos mundos
que muchos siglos más tarde recupera su dignidad.
Cuando llegamos a San Basilio nos dicen que está en el colegio. Bernardino Pérez está dictando clase de español a sus alumnos de noveno y, sin embargo, interrumpe, abre los brazos y saluda a las dos personas con las que trabajó en Chimbumbe (Andrés Pineda, director de fotografía, y Diego Sánchez, productor), cortometraje del director mexicano Antonio Coello que está en concurso en el Festival de Cine de Cartagena.
Mientras sus estudiantes ven el corto en el que Bernardino e Indira Salgado encarnan la leyenda de Catalina Luangó, la niña que se llevó el Mohan, una de las más tradicionales del Palenque, Bernardino habla de su experiencia. “Quise formar parte de este proyecto desde que supe de él, no sólo que se hiciera totalmente en Palenque, sino porque iba a ser rodado en lengua palenquera. Entonces, además de trabajar la dicción, terminé personificando al Mohan”.
A Bernardino lo buscaron por su experiencia en el proceso de recuperación de la lengua palenquera que con los años se ha ido perdiendo pues era una causa de discriminación. Ahora, este lingüista de 40 años se preocupa porque los jóvenes no pierdan “este instrumento de libertad y territorio”, como él mismo afirma. Hace dos años, cuando Coello llegó con la idea de rodar y buscar actores que interpretaran esta historia, encontró en él a un buen actor natural.
Antonio Coello, de madre colombiana, llegó a San Basilio en 2005, donde le contaron la historia de Catalina Luangó, entonces quiso filmarla para el cine y grabó “varias versiones de la historia narrada por personas mayores”, escribe Coello desde México. Con el guión redactado presentó un par de proyectos tanto en el Ministerio de Cultura de Colombia como en el de México. Mientras en el primero le dieron sólo una mención honorífica, el Ministerio de su país natal financió la totalidad del proyecto. Así que con fondos mexicanos y un equipo de producción colombiano viajó a San Basilio a recrear esta historia en la lengua nativa, haciendo de éste el primer argumental hablado totalmente en palenquero.
“El cortometraje es también un homenaje al actor colombiano Evaristo Márquez, quien siendo analfabeta fue antagonista de Marlon Brando en la película La quemada, del director neorrealista italiano Gilo Pontecorvo”, escribe Coello. “Evaristo Márquez fue el primer actor colombiano en participar en grandes producciones internacionales y su presencia en el corto no sólo fue un gran honor, sino también una forma de rendir un pequeño homenaje a este actor palenquero”.
Los muchachos se ríen de ver al ‘profe’ en acción y en ese momento llega Indira, una mujer de 30 años que aparenta 15 menos. Ella, quien tampoco había visto a su personaje, se emociona de principio a fin, “pues yo no hablo mucho palenquero, pero siempre me hablaron en la casa”. Ella forma parte de esa población de habla pasiva, como explica Bernardino, es decir, quienes aprendieron la lengua pero no la hablan corrientemente. Era precisamente por esta razón que se hizo necesario un asesor lingüístico que corrigiera los errores de una lengua que está entre las protegidas por la nueva Ley de Lenguas.
Aunque San Basilio y su historia ha sido parte del cine colombiano (durante el estreno de Del amor y otros demonios se vio a una blanquísima Eliza Triana hablando la lengua de origen Bantú) no había hasta el momento una historia argumental hecha totalmente en palenquero. “Para nosotros es un orgullo que se haya hecho una película de esta historia que es tan nuestra, pero que es también universal, y más aún que sea un documento para que los jóvenes preserven el idioma. Ahora sólo hace falta que la historia de Catalina Luangó llegue a las pantallas del país”, concluye Bernardino, quien se despide, pues el profesor John M. Lipski, lingüista de la Universidad de Pensilvania, de visita en Palenque, lo necesita para continuar con su trabajo de recopilación de la lengua.