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¿CÓMO ES QUE SUENA ESA MARIMBA?

Artículo publicado por www.elespectador.com

Expertos se reunieron en Mompox en el IX Encuentro Iberoamericano de Patrimonio Inmaterial

¿Cómo es que suena esa marimba?

Hugo Candelario y Gualajo
Foto: Carlos Julio Martínez

La Real Academia de la Lengua Española define lo inmaterial como algo que carece de materia, “opuesto a la forma”. Sería entonces todo eso que no es forma, que es espíritu. El pasado 15 de noviembre, los aires de la marimba del Pacífico sur colombiano y el palabrero wayuu fueron declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Ahora surge una pregunta: ¿Cuáles son los beneficios de la declaratoria y cuáles los retos que enfrenta el Estado colombiano para salvaguardar las expresiones culturales escogidas?

La semana pasada se reunieron en Mompox un grupo de expertos y artistas dedicados, ya sea a la preservación y estudio de expresiones culturales inmateriales, o a la recreación de éstas, en un evento organizado por la Corporación para la Promoción y Difusión de la Cultura en conjunto con la Unesco y otras entidades relacionadas con el tema. El evento cuenta con la participación de más de 10 países y delegaciones artísticas de México, Perú, Venezuela, España y Colombia.

Entre los artistas colombianos —que iban desde agrupaciones llaneras, de la Costa Atlántica y hasta de Pasto— se encontraba también un grupo encargado de mostrar los aires de la marimba del Pacífico Sur, ahora Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Ellos tocan con un bombo arrullador y golpeador, un cununo macho y uno hembra, varios guasás, voces y por supuesto la marimba, ese instrumento desde el cual se han ido formando figuras icónicas, casi míticas, como José Antonio Torres ‘Gualajo’ y Hugo Candelario González.

El músico español Carlos Miñana vive ya hace muchos años en Colombia. Aunque sus estudios e investigaciones se han enfocado a estudiar músicas de la comunidad Nasa y especialmente sus instrumentos de viento, hace unos años emprendió una pequeña investigación sobre la afinación de la marimba, que presentó en el evento sobre patrimonio inmaterial en Mompox.

Todo empezó cuando el luthier de instrumentos del Pacífico Abdó Posú lo llamó a comentarle que le estaban devolviendo las marimbas por desafinadas. Por curiosidad, Miñana, quien había tenido que enfrentarse a las supuestas afinaciones incorrectas de las flautas Nasa, decidió emprender camino para la vereda de Sansón, cerca de Guapi, a conocer la familia de don José Torres, padre de ‘Gualajo’.

Además de escuchar los cantos de alabaos de las mujeres guapireñas, Miñana grabó la marimba de José Torres. Luego, junto a un amigo estadígrafo, Miñana analizaría de forma matemática la afinación única de la marimba. Lo que encontró fue que las octavas de este instrumento están divididas en ocho semitonos exactamente iguales, a diferencia de la octava de instrumentos occidentales, que tiene doce.

Este descubrimiento es importante en la medida en que “hay que pensar qué marimbas vamos a hacer para las nuevas escuelas de marimberos que está creando el Estado”, explicó Miñana, “si serán las estandarizadas y afinadas de la forma occidental, o si serán las otras”. El problema es que no hay forma de que las marimbas “autóctonas” tengan un estándar de construcción, ya que no se ha develado de forma concreta el secreto de su afinación, que probablemente no sea uno solo. Tito Medina, un percusionista y baterista bogotano quien aprendió a tocar marimba observando durante mucho tiempo al maestro ‘Gualajo’, explica que “las marimbas, en muchos casos, son afinadas para que suenen bien con las voces de las integrantes de la familia, por eso es tan difícil definir una única afinación”.

¿Y entonces la marimba qué? Para Carlos Miñana, lo que falta es mucha investigación que nos lleve a tener más información sobre el instrumento y su afinación. No es adecuado “ponerse a hacer un montón de marimbas para escuelas sólo por el hecho de que fueron declaradas patrimonio, teniendo aún tan pocas cosas claras”. A fin de cuentas se corre el riesgo de eliminar esa diversidad que tanto se aprecia y la parte viva de las expresiones inmateriales, ese lado casi espiritual de lo inmaterial, eso que hace a una marimba diferente de otra y que prende la fiesta dependiendo de su tumbao.

Por: Gabriela Supelano

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