FALLECIÓ EL MAESTRO JAIME R. ECHAVARRÍA
Al maestro Jaime R. Echavarría no le faltó tiempo, pero tampoco le sobró. Sus 86 años de vida fueron bien empleados, cada uno de sus días, hasta los últimos, fueron aprovechados al máximo por este ilustre personaje antioqueño fallecido el viernes en Medellín a causa de una falla renal.
Ingeniero químico, industrial, empresario, dignatario y político. Para Echavarría no fue suficiente crear y tener empresas, ser gobernador de Antioquia o embajador de Colombia en otros países; así que dedicó la mayor parte de su vida a su pasión: la música. Y tanto era su talento que el país entero lamenta la partida de quien compuso algunas de las canciones de amor más recordadas, como ‘Cuando voy por la calle’, ‘Serenata de Amor’ y ‘Noches de Cartagena’.
Incluso, en el centro de atención especializada en el adulto mayor El Ciruelo,ubicado en el exclusivo sector de El Poblado de Medellín, donde pasó los últimos tres años de su vida, contaba con un piano en el que tocaba, a manera de ejercicio, varias melodías para sus casi 30 compañeros de hogar y para su compañera, Mariela Pizano, que no vivía con él pero lo visitaba diariamente.
Precisamente allí, en el hogar geriátrico, el maestro Echavarría disfrutaba de manera permanente de terapias físicas y lúdicas, que iban desde trabajos en la piscina, hasta bailes y juegos de mesa.
El personal a cargo recuerda que gozaba de muy buena disposición y que participaba activamente en las actividades que organizaban.
“Por supuesto, disfrutaba mucho de la terapia musical, y aquí logramos recuperarle el manejo del ritmo”, indicó una de las médicas geriátricas, quien resaltó que el maestro Echavarría gozó hasta el final de una increíble vida social y familiar, ya que eran bastante unidos con sus hijos Alfredo, Francisco, Jaime (dedicado también al mundo de la ingeniería química), Martín y Tomás.
“Siempre lo recordaré culto, jovial y con un humor negro increíble”, expresó Pizano en una entrevista.
Fue su ex esposa y madre de sus cinco hijos, Rosa Elena López, la inspiradora de la mayoría de sus canciones, incluyendo su obra musical ‘Muchacha de mis amores’.
Los honores no le fueron ajenos, desde la Cruz de Boyacá en el año 2003, o la Distinción al Mérito Artístico y el Escudo de Antioquia en la categoría Oro, hasta los reconocimientos puramente musicales, como el del Concurso Nacional de Duetos ‘Príncipes de la canción’.
Legado de su música
Si bien el maestro Echavarría no compuso nada en los últimos años, lo realizado durante su carrera artística, que abarcó más de 50 años, es considerado como uno de los grandes legados de la música colombiana.
Se estima que compuso entre 54 y 58 canciones, que han sido interpretadas por artistas como Armando Manzanero, Alfonso Ortiz Tirado, María Marta Serra Lima, Helenita Vargas y el dueto Garzón y Collazos, entre otros.
Además, el maestro escribió, de manera independiente un libro, acerca de sus canciones y anécdotas de su carrera artística.
“Medellín está de luto ante la pérdida de uno de los más íntegros exponentes de nuestra música, quien marcó con letras mayúsculas la vida del país desde lo artístico, político y empresarial”, expresó el alcalde de Medellín, Alonso Salazar Jaramillo.
Pero no solo los políticos enviaron su mensaje. Ahora, mientras las parejas enamoradas buscarán nuevas canciones que acojan su sentimiento, sus compañeros en ‘El Ciruelo’, con quienes era bastante unido, ya comenzaron a extrañar las tonadas y el buen humor del maestro, de su amigo.
‘Sabía que sus canciones eran para la gente’
En más de 50 años de carrera artística del maestro Jaime R. Echavarría, fueron muchos los artistas que interpretaron sus canciones, muchas de ellas pilares del bolero hecho en Colombia.
Algunos de esos intérpretes tuvieron la oportunidad de compartir con él y grabar juntos en estudio o rodar por todo el país, y lo recuerdan por la pasión que dedicaba a su instrumento y el humor fino con el que alegraba las extensas sesiones de trabajo.
“Le ponía muchísima alegría al trabajo, y sus canciones fueron para la gente, para compartirlas con todo el entusiasmo, era el que más quería que sus canciones sonaran y no quedaran olvidadas”, recuerda Luis Mario Morales, el director del Grupo Nueva Gente, el último con el que Echavarría pudo grabar sus temas.
Nueva Gente y Echavarría se encontraron en los años 90, cuando el trío ganó el premio principal de interpretación que ofrecía Acinpro, entidad que dirigía el compositor, y en 1997, el comenzaron juntos una gira nacional y luego viajaron a México y Panamá.
Nueva Gente alcanzó a grabar 36 canciones de Echavarría, cerca del 60 por ciento de su obra, y en 15 de ellas contó con la interpretación del piano del maestro.
“Intentamos terminar un tercer álbum con él, pero su enfermedad impidió que lo concretáramos, así que lo finalizamos con otro pianista -recuerda Morales- dimos muchos conciertos y luego hablábamos muy seguido, hasta cuando ya estaba muy enfermo”.
Sin embargo, cuenta que “eso sí, ( Echavarría) nunca contaba los secretos de cómo las componía y a quién se las dedicaba”.
Para el compositor Eduardo Cabas, el maestro Echavarría “era un hombre que tenía una chispa enorme, todo lo volvía un chiste”. Los dos compartieron gratos momentos cuando tuvieron la oportunidad de viajar juntos a Argentina para que la Orquesta Sinfónica grabara sus mejores canciones, en 1982.
“Él nunca fue pianista de conservatorio, pero lo convencí de que tocara, eso sí, al lado de un par de botellas de vino (…) él canto y tocó el instrumento en ese disco y fue lindo por el sentimiento con el que él tocaba sus obras”.
En ese momento, la idea de hacer versiones sinfónicas de sus boleros era un gran reto, pues, afirma Cabas, las grabaciones de Echavarría siempre fueron muy íntimas y con máximo seis instrumentos.
“Fue el gran impulsor del bolero colombiano”, asegura.
“Hemos estado muy aporreados con esto porque el maestro era como nuestro padre y un gran amigo, tenía una capacidad de amar y apreciar a su gente”, cuenta Morales, quien espera iniciar en estos días un ciclo de interpretación de la música del maestro Echavarría para que la conozcan las nuevas generaciones.