GENERAL

Pereira, ciudad sin equipo para emergencias.

Preocupante es la situación de Pereira, ubicada sobre una de las zonas con más riesgo sísmico de Colombia, con una larga historia de catástrofes causadas por terremotos; con alta tasa de accidentes de tránsito; con una gran parte de las construcciones –especialmente de habitación- construidas con materiales altamente inflamables.
Pereira, está prácticamente desprotegida.  Cifras internacionales dictan que para una ciudad estar adecuadamente cubierta por su sistema municipal de bomberos, debe existir mínimo un bombero por cada 700 habitantes –en el límite más alto de la escala-, puesto que lo óptimo es uno por cada 300 habitantes.  Pereira, según la escala más alta, requiere entonces 870 bomberos aproximadamente, sin embargo, la cifra es preocupante, a marzo de 2012, contamos únicamente con 33 valientes servidores en el cuerpo oficial de bomberos.
Pero hablando de equipos, la situación es más crítica, con escases de carros extintores, los existentes de poca capacidad y de vida longeva, que hacen que día a día, nuestra ciudad esté en más peligro.  Lo óptimo para una ciudad es tener carros extintores con escaleras de gran altura, en Pereira, no tenemos ninguna máquina equipada para atender adecuadamente una emergencia por encima de un tercer piso… y contamos con más de cien edificaciones que superan fácilmente los 10 pisos de altura.
Fotografía periódico QHUBO de Pereira, 
incendio en el barrio Panorama.
Las estaciones satélites, están por no decirlo de otra forma, muy mal dotadas, en equipos y en bomberos, la ciudad además de la estación central, se supone, cuenta con unidades satélites en San Fernando –sector de cuba-, en la zona del Puente Mosquera, se supone, que en La Florida y en la zona de Parque Industrial; sin embargo, a ciencia cierta, no sé cuales se encuentran mínimamente dotadas y en funcionamiento.
Desplazar una máquina extintora desde la estación central hasta Parque Industrial puede tardar más de 15 minutos –eso si el 123 contesta y procesa adecuadamente la llamada-, tiempo más que suficiente para que un incendio estructural cause estragos en una zona habitacional.
Pero eso no es todo, Pereira, no cuenta con ambulancias en su sistema de bomberos.  Dependemos los ciudadanos, que las empresas privadas, quieran atender la emergencia, situación poco probable si esta se presenta después de la media noche, tal como sucedió el pasado jueves 8 de marzo cuando un motociclista fue atropellado y lesionado gravemente por un vehículo que huyó del siti

o del accidente. 10 minutos tratando que el 123 respondiera. 15 minutos más, esperando que la Policía verificara el accidente. 30 minutos más esperando que nos enviaran a los bomberos con una máquina extintora… 50 minutos esperando una ambulancia que nunca llegó porque las que se supone estaban de turno, se encontraban parqueadas frente a la clínica Los Rosales y sus tripulaciones, cómodamente durmiendo en su interior… luego de casi una hora con la víctima tirada en el asfalto, nos tocó transportar el paciente en la silla trasera de un vehículo de la Policía, corriendo el riesgo de causar mayores daños a la víctima por un mal movimiento en tan improvisado transporte.

Fotografía VEAPUES
Bomberos Pereira transporta los pacientes en camionetas o sobre las máquinas extintoras
por falta de una ambulancia debidamente dotada.
Y el 123, o línea de emergencias de Pereira, trabaja al 70% de su capacidad, porque la Secretaría de Gobierno municipal, encargada de su mantenimiento, no gira los recursos correspondientes para el mantenimiento de los equipos que allí se utilizan, por lo tanto, de los 9 cubículos de atención de llamadas de emergencias, solamente hay 7 en funcionamiento, y para completar, la ciudadanía, ha convertido el 123 en su pasatiempo favorito, llaman para programar su salida a cine, llaman para hacer burlas… y quienes llamamos porque tenemos una víctima de un accidente o la casita en llamas, tenemos que esperar valiosos minutos.
Pereira, una ciudad de casi setecientos mil habitantes, que requiere al menos 850 personas entrenadas en técnicas de bomberos y rescate, que se encuentra en alto riesgo y casi totalmente desprotegida porque los gobernantes de turno no saben o no quieren saber, que estamos en alto riesgo. La dotación es otro capítulo de esta historia, porque debe ser la adecuada y es bastante costosa, por ello nuestros valientes bomberos trabajan en ocasiones poniendo en riesgo sus propias vidas.
Una máquina extintora puede estar costando cerca de 800 millones de pesos, una ambulancia debidamente dotada, unos 200 millones, un par de botas inífugas para los bomberos, cerca de trescientos mil pesos cada par, un par de guantes, cerca de 150 mil pesos, pero la seguridad de la ciudad los vale, la vida de cada uno de nuestros valientes bomberos merece ser adecuadamente protegida. 
Pereira debe invertir en seguridad, urgentemente.
DIEGO FERNANDO TABARES
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